La Educación de la Mirada...

Cuando iniciamos nuestro camino dentro de la fotografía, generalmente dedicamos todos nuestros esfuerzos en tener la mejor cámara que podamos permitirnos y alimentarnos de toda la técnica posible para dominar esa herramienta en nuestras manos. Muchas veces nos dejamos llevar por el entorno, el que generalmente desconoce mucho sobre fundamentos, incluso cometemos el error de saturarnos de halagos y condicionamos nuestro trabajo a satisfacer pequeños intereses.

Los realmente interesados son los que descubren que esta pasión o afición es algo mucho más grande y excede a estas primeras impresiones. Ahí comenzamos a impregnarnos de lo grande que es este mundo, cuando hay por aprender, descubrir, desarrollar. Basándonos en esta premisa, les propongo comenzar a indagar y descubrir esos detalles muchas veces dejados de lado y que son los fundamentos de este arte que nos reúne.

Una de las primeras cosas, fuera del manejo de la herramienta, es cuestionarnos acerca de donde viene nuestra mirada, como es, hacia donde se dirige, que nos motiva a hacer las fotos que realizamos. Poder entender estos mecanismos internos y desarrollarlos, alimentando la visión del mundo que buscamos transmitir.

En base a un libro que me encuentro leyendo, les comparto algunos recortes para guiarnos sobre el origen del Ver en la Fotografía. Espero les sirva, como a mí, estos aprendizajes que muchas veces no se encuentran habitualmente.

" Ver sin ver." 

Estamos acostumbrados a escuchar la frase "ver a tu alrededor", por-que ver implica conocer, descubrir, dejarse sorprender o maravillar. Pero en esta actividad tan "automática", para aquellos que tenemos la posibilidad de ponerla en práctica diariamente, cabe cuestionarse los límites de la mirada, la manera en que hemos sido educados para ver y, sobre todo, el modo en que este sentido se aplica cotidianamente. Desde el inicio de nuestras vidas recibimos instrucciones. Las primeras se limitan a las de sobrevivencia como satisfacer nuestras necesidades básicas, más adelante se nos enseña a caminar, a comunicamos, después asistimos a una cadena de 20 años o más de educación, como eslabones que vamos recorriendo. Pero ¿cuándo se nos enseña a ver?, ¿cuándo se considera una necesidad básica el aprender a ver?, ¿será que a esta función se le ha atribuido un sentido de aplicación empírica? Como menciona Román Gubern: 

La lectura de imágenes se aprende con la ayuda de una pedagogía suave por parte de los padres, que identifican verbalmente para el menor las formas impresas en las publicaciones ilustradas.

"Los condicionamientos socioculturales y los personales desempeñan un papel fundamental en la estructuración de las percepciones visuales. Quizá dentro de la propia búsqueda individual para poseer una mayor capacidad de entendimiento visual, muchas personas acuden a distintos cursos de apreciación del arte o de semiótica y, generalmente, ya en una edad adulta, empiezan la labor de educar al ojo, de educar la visión en un sentido más estricto. La idea de que el sentido de la vista nos da automáticamente el privilegio de "ver", se limita a lo que entendamos por esa palabra.

... Por eso se aprende a ver —en rigor, a percibir visualmente— y no todo el mundo sabe ver, como se demuestra empíricamente colocando a varios sujetos ante una misma escena y recabando resultados.

Como menciona Ernst Gombrich: 

Pertenece a la esencia de la atención el ser selectiva. Podemos centrarnos en algo que está en nuestro campo visual, pero no en todo. Toda atención ha de tener lugar contra un trasfondo de falta de atención. 

Podemos decir entonces que, nuestra forma de acercamos a lo visible está determinada por nuestra disposición hacia los objetos, hacia lo que deseamos ver.

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